Para que mi
fe, sea más fuerte que mis pensamientos
Para que mis
dudas, no se impongan a la fe
Para que mi
fuerza, no se resista a la invitación de Dios
DAME, TUS
SENTIMIENTOS, MARIA
Para que no me
conforme con los mínimos
Para que no me
embargue el pesimismo
Para que,
lejos de decir "no" siempre diga "sí"
DAME, TUS
SENTIMIENTOS, MARIA
Para que, la
alegría, me anime en el seguimiento a Jesús
Para que, la
esperanza, me ayude a seguir hacia adelante
Para que, la
gratitud, sea consecuencia de dejarme llevar por Dios
¿Cómo lo
hiciste, María?
¿Cómo pudo más
Dios que la debilidad para responderle?
¿Cómo venció
el ángel y no tus dudas?
Sólo, María,
la fe y la esperanza
te hicieron
dejar, en segundo plano,
los
sentimientos de temor o de temblor
que asomaron
en un primero momento.
¿O no fue así?
Autor: J.Leoz
No hay comentarios :
Publicar un comentario