A.- EN NAZARET
«La vida oculta de Nazaret —enseña Pablo VI- permite a todos entrar en comunión con Jesús a través de los caminos más ordinarios de la vida humana:
"Nazaret es la escuela donde se comienza a entender la vida de Jesús: la escuela del Evangelio
Una lección de silencio ante todo. Que nazca en nosotros la estima del silencio, esta condición del espíritu admirable e inestimable... Una lección de vida familiar. Que Nazaret nos enseña lo que es la familia, su comunión de amor, su austera y sencilla belleza, su carácter sagrado e inviolable.
Una lección de trabajo. Nazaret, oh casa del "Hijo del Carpintero" aquí es donde querríamos comprender y celebrar la ley severa y redentora del trabajo humano ...; cómo querríamos, en fin, saludar aquí a todos los trabajadores del mundo entero y enseñarles su gran modelo, su hermano divino"» (Pablo VI, Discurso 5 enero 1964 en Nazaret, cit en CEC, 533)
Nos imaginamos que la familia de Jesús no destacaba en nada, salvo en la perfección con que hacían las cosas sencillas. Durante el largo tiempo que Jesús estuvo en Nazaret, nada hicieron que valiera un comentario en la alta sociedad o una línea de los sabios y los historiadores. No se hacían milagros, No hubo curaciones prodigiosas. Por otra parte no se ahorraron trabajos y penalidades. La verdad, que no era gente de pantalla, eran buena gente, servicial y acogedora, de pueblo. Mejor así.
María es la reina del hogar. Se impone desde dentro, estimula con aliento, dirige con su ejemplo. Su trabajo no es rentable, pero es imprescindible, lo más valioso. Ella va imponiendo su perfume y su marca en el hogar. No es que María fuera extraordinariamente grande, sino que Dios se hizo extraordinariamente pequeño.
Pero María era grande en su capacidad de acogida. Toda persona es capaz de Dios, pero la capacidad de María no tenía límites, porque estaba vacía de si. Por eso la vemos siempre a la escucha, guardando y meditando; siempre tenía algo que aprender, porque no sabía; siempre tenía algo que recibir, porque era pobre; siempre tenía algo que crecer, porque era pequeña. UN FIAT PARA LA ETERNIDAD
El FIAT. Palabra bendita que no nos cansamos de agradecer. Aquí va a terminar el largo Adviento del mundo y de la historia. Primero confiesa su pequeñez. Acaba de escuchar las más grandes alabanzas que una mujer, una criatura puede oír, pero ella vive en la verdad. Ella se sabe pequeña, hecha para servir, pobre esclava. Ella solo es en cuanto vive por y para Dios, por y para los demás.
EL HÁGASE: es el Sí que hizo posible la Encarnación. Supone docilidad, entrega total. Supone un acto de fe inmenso. Supone una renuncia a todo y un poner su vida radicalmente en las manos de Dios. María es toda una historia afirmativa.
Ella es la docilidad pura; no solo cumple una voluntad divina, sino que se deja hacer "Hágase en mi". Sabe que si le dejamos hacer a Dios, El sacará de nuestro barro una obra maestro. No es fácil dejarse hacer. Nosotros tenemos mucho miedo a Dios. Parece que perdemos libertad, si tenemos que hacer lo que El quiere. Y tenemos miedo a que nos pida mucho, a que cargue demasiado su mano, a la hora de la poda o de la transformación. María fue la que se fió, la que no tuvo miedo, la que dejó hacer a Dios.
Una fe que es al mismo tiempo confianza: creer, fiarse del otro; que es amor: entrega total de la vida, desinteresada, generosa; que es también cumplimiento fiel de la voluntad del otro, de su menor deseo. Una fe siempre atenta a los acontecimientos: los reflexiona (Lc. 2,19,51); una fe que la lleva a reaccionar ante ellos: ayudando a los demás (Lc. 1,36-39; Jn. 2,1-3).
Juan Pablo II, en la "Redemptoris Mater", hace esta extraordinaria afirmación por la que sentimos a María totalmente cercana a nosotros: "María, la Madre, está en contacto con la verdad de su Hijo únicamente en la fe y por la fe.... "María ha pronunciado este fiat por medio de la fe, Por medio de la fe se confió a Dios sin reservas y se consagró totalmente a si misma ... a la persona y a la obra de su Hijo" (n° 13).
¡Como nosotros! Porque así es también nuestra fe. ¿0 no?
Creer en la fe cada día con particular fatiga de corazón.
Si algo distingue la fe de María es la de ser una fe puesta continuamente a prueba por la realidad de la vida. Ella tenia su idea de Dios. La "palabra de Dios", bien conocida por María, lo nombraba el "Todopoderoso" (Ext. 6,3); "Altísimo" (Gn. 14,18-22). "Dios Justo y Salvador" (Is. 45,21), el "Santo" (Ext. 15,11), el que "reina por siempre jamás" (Ext. 15,18). Y el ángel le había asegurado que su hijo sería nada menos que Hijo de este Dios Altísimo "para el que no hay nada imposible" (Lc. 1,31 -37).
Pero ¿dónde esta el "Hijo del Altísimo", el "Consagrado", "Hijo de Dios"? ¿Es ese poco de carne palpitante que nace de su vientre en una situación de extrema pobreza (Lc. 2,7) y María recoge en sus brazos y limpia ayudada por José? ¿Ese es el camino para reinar: huir a Egipto, País lejano y extraño porque "Herodes buscaba al niño para matarlo"? (Mt.2,13-15)
María tiene que alimentar al bebé Jesús pues llora inconsolable; lo limpia porque si no hiede; lo arropa y estrecha fuerte en cálido abrazo porque hace frío.
¿Dónde queda el TODOPODEROSO?
Y durante la mayor parte de su vida, su hijo Jesús de Nazaret, bebé, niño, adolescente, joven, hombre maduro, no se distingue de los demás varones con los que convive (lee Mt. 6,1-3).
¿Dónde esta el "Santo". el "Hijo de Dios" del que habló el ángel?
Dios calla: "el silencio de Dios" en la vida.
MARIA, MUJER CONTEMPLATIVA:
María es modelo insuperable de contemplación. Desde el principio estaba siempre abierta a la presencia de Dios. Estaba hambrienta de El. Lo buscaba en su familia y en su pueblo, que guardaban tan hermosas y fuertes tradiciones; lo buscaba en las Escrituras.
Sentía necesidad de Dios, porque lo amaba indeciblemente. Pero era Dios el que primero amaba a María misteriosamente. Así Dios y María se encontraron sustancialmente. Entonces María adquirió otro grado de contemplación. Ya solo necesitaba mirar hacia dentro. En su seno se realizaba un misterioso intercambio, lo humano y lo divino se mezclaban. María contemplaba al hijo de Dios en y desde sus propias entrañas.
Después, ¿quién podrá separar a una madre de la contemplación de su hijo? María se estará siempre mirando en los ojos y en el rostro de Jesús. Y todo lo que vea y lo que oiga y lo que sienta lo guardará en su corazón.
MARIA, MUJER CRISTIFICADA: De tanto mirar a su hijo, María se lo había aprendido de memoria. Había asimilado sus palabras, sus ideales, sus actitudes, sus sentimientos. Fue la primera y más fiel discípula de Jesús, discípula aventajada. Ella dio vida a su hijo biológicamente, pero el hijo le daba vida a ella espiritualmente. Nadie como María pudo vivir en Cristo y como Cristo, porque estaba llena del Espíritu de Cristo.
MARIA, MUJER EUCARÍSTICA: María fue el primer sagrario de Jesús. Por otra parte, las actitudes marianas tienen que ver profundamente con las actitudes eucarísticas, prescindiendo de que ella comulgara o no: la Eucaristía es misterio de fe: María es modelo de fe: "Dichosa por haber creído".
la Eucaristía obedece al mandato de Jesús: "Haced esto en memoria mía". María: Haced lo que El os diga.
en la Eucaristía la comunidad responde: "Amén". María dijo: Fiat.
la Eucaristía se expone para ser adorado. María se expone a Isabel, que sintió y alabó la presencia misteriosa.
en la Eucaristía se renueva la ofrenda y el sacrificio de Jesús. María ofreció a Jesús, a los 40 días, en la patena de sus brazos.
La Eucaristía es alabanza y acción de gracias. María recoge estos sentimientos y actitudes en su Magnificat.
MARIA, MUJER SOLIDARIA - EL SACRAMENTO DEL ENCUENTRO 0 LA VISITACIÓN
María de Nazaret, ante el privilegio de haber sido elegida para ser la madre de Dios encamado, del Mesías:
- No se queda extasiada. fuera de sí por la alegría.
- No permanece pasiva, encerrada en su mundo de jovencita embarazada que necesita atención, cuidados, mimos.
- No se lanza a publicar su privilegio y alegría.
María sale de su mundo, de si misma y viaja " a toda prisa a la montaña, a la provincia de Judea" (Lc. 1,39), Lo que realmente empujó a María a visitar a Isabel fue la caridad, una caridad hecha de pequeños detalles:
El estar-con: la cercanía, el calor de la presencia, el toque y el facto.
El alegrarse con: el compartir las alegrías y las emociones, las esperanzas y las ilusiones, hacerlas suyas, sin envidiar.
El creer-con: el poner en común los toques de Dios en sus vidas, el experimentar el amor de Dios y constatar que eso es lo que más les une, el orar en sintonía.
El servir a: ofrecer y aceptar los servicios que mutuamente se quieren prestar, cosas sencillas, quizá, pero hechas con mucha generosidad. Es el apostolado de la bondad.
Destacar también el ritmo y la dirección. María va con prisa, porque la caridad urge. El ritmo lo ha de poner el que necesita, no el que da. En cuanto a la dirección se acierta cuando se corre hacia el Sur.
EL MAGNIFICAT: (la revolución de los adverbios: que donde se dice arriba se diga abajo, que donde se dice mucho se diga poco, que donde se dice mal se diga bien, los poderosos abajo y los pobres arriba, los señores mal y los esclavos bien)
Esta palabra de María es la mas larga y revolucionaria. Merece todo un tratado
Es alabanza gozosa y agradecida. Mira a Dios, se mira a sí misma, y no puede contener el himno y agradecimiento. Es el éxtasis del corazón (Juan Pablo II, RM 36). Canta la autodonación de Dios, que se ha hecho realidad en sus entrañas.
Es memorial agradecido: porque las promesas de Dios han empezado a cumplirse. Es el Dios que se ha volcado sobre su niño Israel, sobre su niña María; sobre todos sus niños, los descendientes de Abraham por la fe.
Es profecía esperanzada: ha llegado la hora en que todo va a cambiar. Dios ha hecho opción por los pobres y pequeños. Que todos los humildes se abran a la mayor esperanza. María es la Virgen de los pobres. Y se solidariza con ellos. Les dice que Dios los prefiere y los colmará de bienes, como ha hecho con ellas. ¿Nos sentimos pobres y pequeños? ¿Nos solidarizamos con ellos?
Nuestros encuentros, nuestras visitaciones, nuestras liturgias, tendrían que parecerse más a la Visitación de María. Empezar por alabarnos más unos a otros y reconocer las cosas buenas que Dios hace en cada uno. Es bueno que nos digamos cosas buenas. Pero que todo termine en alabanza y agradecimiento a Dios. Y que nuestras oraciones sean mas gozosas. Que multipliquemos los aplausos. Que no nos guíe la rúbrica, sino el Espíritu. Que no hagamos rutina de los sacramentos, sino apertura al misterio.
Y SU MADRE LE DIJO: POR QUE NOS HAS HECHO ESTO? ... TU PADRE Y YO TE ANDÁBAMOS BUSCANDO
Palabra de angustia. palabra de búsqueda, experiencia de vacío y de dolor, de incomprensión. Perder a Jesús significa un inmenso dolor y vacío. Jesús era para María su absoluto, el don que Dios le había encomendado. Ellos Vivian para él. Y él ahora se pierde, mejor, se ausenta libremente.
María habla de angustia. ¿cómo no? Es la noche triste. Algo de esto sufre el alma cuando Dios se ausenta. ¿Por qué, Dios mío? ¿Tendré yo la culpa?
Y sigue la búsqueda: "Te andábamos buscando". Duró tres días, pero eso es siempre significativo. A los tres días llega siempre la resurrección.
Esta actitud de búsqueda es paradigma para todos. Dios se hace buscar. La búsqueda capacita para el encuentro. Se busca desde la fe y la purifica. Se busca con esperanza y la fortalece.
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