9 de febrero de 2011

La pobreza de NUESTROS hermanos.....

No me gusta ser grosero o postear "amarillismo" pero tenemos que ser voz de aquellos que sufren tantas injusticias solo por no tener una presencia tan fuerte en la sociedad o haber sido derrotados por esta vida llena de la presencia y prepotencia de los poderosos.
Creo que estas vidas claman a los oidos del Padre por justicia y tambien creo que esa justicia no tardará en llegar. Ojala podamos ser caricias del Padre para estos hermanos.
Como puede ser que en mi país sucedan estas cosas, es una verdadera vergüenza en un país tan maravilloso.

“A mi hija se le notaban las costillitas flaquitas y que además respiraba mal”

Se lo dijo a Clarín la mamá de Marlene, la beba wichí de seis meses que anteayer murió desnutrida. El drama del hambre

"Me duele que a mi gente los médicos la traten mal en el hospital ”. La frase le salió desde muy adentro al cacique de la comunidad wichí Lapacho 2, Marcelino Pérez (43), tío abuelo de Marlene Ubaldina Arias, la beba de seis meses que murió el sábado en una camilla de la guardia del hospital Juan Domingo Perón, de Tartagal, por un “paro cardiorrespiratorio”, según el certificado de defunción. “Los médicos no le dieron la posibilidad de salvar su vida en la sala de terapia intensiva”, dice el cacique. Marlene fue la quinta víctima del hambre en los últimos quince días en Salta.

Marcelino, además de ser el cacique, es agente sanitario y trabaja en el hospital que cuestiona. “ Somos discriminados , porque a los criollo los tratan bien y con respeto. A un mataco, no. Si te dan un turno para que te atiendan igual te tienen horas esperando en la guardia”, asegura.

Hasta hace poco, Marcelino era el único bilingüe en el hospital. Ahora hay otro wichí en la enfermería. “Sé que mi sobrina, en enero, estaba en riesgo de desnutrición. Y ahora en febrero había entrado en ‘déficit leve de desnutrición’ , según la planilla de la agente sanitaria que va a controlar a los chicos a la misión. Yo lo comprobé. Y pude ver que son muchos los chicos desnutridos que hay en todas las comunidades de Tartagal”, asegura.

Ayer, Tartagal amaneció bajo el agua y hubo que esperar toda la mañana para poder ir a la misión, ubicada a tres kilómetros al este de la ciudad, sobre el costado norte de la ruta nacional 86.

Allí Marlene Paula Díaz, la madre de la beba muerta, recibió a Clarín . Tiene apenas 14 años , y desde que murió su hija ya no es la misma y la tristeza se le nota. “Está así, con pena todo el día ”, dice el cacique.

Junto a la joven está su mamá Ubaldina Pérez (36).

Ninguna de las dos habla castellano.

Sólo algunas palabras sueltas. Dicen sus cosas a través del cacique. “Le pedimos a los médicos que trabajen como corresponda, y que no nos traten de indios vagos . Entendemos lo que hablan, lo que nos dicen. Pero no podemos hacer entender que no nos gusta que nos traten mal. Todos somos personas”, dice la abuela.

El viernes, a las cinco de la tarde, la beba Marlene “comenzó a tener un pico de fiebre, y se le notaba las costillitas flaquitas y que respiraba mal (el cacique se señala las de él, mientras traduce lo que dice en su lengua la joven madre)”.

Con este cuadro, abuela, madre e hija salieron caminando hacia el hospital. Al llegar debieron esperar un buen rato. “Nos atendió la doctora Oroño. Ella llamó a una enfermera y le puso una inyección a mi nieta. Después, vino otra enfermera y entre las dos la bañaron con agua fría.

La chiquita tiritaba.

Las enfermeras dijeron que era para que le baje la fiebre, pero nosotras la veíamos peor ”, dice la abuela.

Tras el baño, la beba fue dada de alta y todas volvieron a la comunidad caminando.

Sin embargo, a las 5 de la madrugada del sábado, el cuadro febril empeoró . Ya de día, los vecinos llamaron por celular a un remís, confiados en que iba a demorar menos que la ambulancia, pero el auto llegó a las 11.

“¡¿Por qué no la trajeron antes?!” , cuentan que fue la reprimenda de un médico. “Mi hermana le quiso decir que el día anterior la habían atendido y que no la quisieron internar, pero no pudo hacerse entender”, cuenta el cacique. “Ellas creen que los médicos no la atendieron como correspondía ”, agrega.

Poco después las enfermeras le pidieron a Marlene y a Ubaldina, que se retiren. “Pensamos que la iban a internar. Pero a las 12.05 murió. Estaba ahí en la camilla, en la guardia”, dice la abuela, junto a la joven y desconsolada madre.

FUENTE: www.clarin.com

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