6 de junio de 2009

5 días de reflexión y oración

1º DIA
GUSTAR : DISFRUTAR ,ENTRAR EN AFINIDAD, SABOREAR

Desentrañamos el Título del retiro de estos días:
GUSTAR significa :
DISFRUTAR:
Porque unos días de oración son siempre una oportunidad para ponernos al quite de Dios, para dejarnos trabajar por El y su acción graciosa y transformadora en nosotros y en nuestro mundo, días para acoger la Gracia de Dios que en estos días se nos quiera regalar: la auto donación de Dios mismo, de un Dios que es trinidad, familia, comunidad ,diversidad.

Decir que la acción de Dios en nosotros y en el mundo es graciosa alude a dos aspectos :
> La acción de Dios es gratuita
> La acción de Dios es generadora de gratuidad y agradecimiento .
La acción de Dios es gratuita:
La experiencia de Dios se escapa siempre de la lógica de los merecimientos. La experiencia de Dios no se relaciona con los cumplimientos y los curriculums perfectos, sino más bien con lo desmesura de su misericordia ( Oseas 11, 1-8)
Caerle en gracia a Dios, es más iniciativa suya que propuesta voluntarista nuestra.

Es su misericordia entrañable y desmesurada la que se empeña en buscarnos una y otra vez hasta encontrarnos, como aquella mujer con el delantal puesto y escoba en mano que barre y barre sin cesar la puerta de su casa hasta hallar la moneda perdida (Lucas 15,8-10), porque el Dios de Jesús es un Dios prendado de todo lo que es frágil y precario de todo lo débil y amenazado de ser en nuestro mundo y en nosotras mismas ( I Cor.1,26; Deut. 7,7-9)

La acción de Dios es graciosa: ser encontrados y encontradas por El genera en nosotros gratuidad y agradecimiento, genera un movimiento de ida y vuelta, de reciprocidad , aunque sea tremendamente asimétrico, ( “ Como devolver a Dios todo el bien que me ha hecho” )
( “En cuanto supe que Dios existía no pude hacer otra otra cosa que vivir para El “. C. Foucauld)

Por tanto gustar la acción graciosa de Dios nos invita a ser gente gratuita y agradecida, gente que contagia buena noticia, anchura, esperanza y posibilidad y no solo catástrofe, protesta con propuesta, en lugar de ir por la vida como dice divertidamente Toni Catalá echando leña a la desolación y quedar anclados en la nostalgia de que cualquier tiempo pasado fue mejor, mientras se critican los toros desde la barrera.

GUSTAR ES TAMBIÉN ENTRAR EN AFINIDAD CON DIOS
Es decir, sintonizar con el talante de Jesús, con su disposición radical de amar hasta el extremo (Juan 13,1) de anunciar la Buena Noticia a los pobres (Luc 4,14-30), de ir por la vida haciendo posible que los más encorvados y encorvadas de Israel pudieron ponerse de pie y encontrar su lugar en una sociedad y un culto que los expulsaba hacia los márgenes y mas allá de ellos ( Lucas 13,10-17; Marcos 1, 40-45)
La afinidad con Jesús, como escribe Santa Teresa en el Libro de las Fundaciones no está en tener ideas, propósitos o conceptos sobre Dios, “no está en pensar mucho sino en amar mucho”.

También el profeta Miqueas descubrió existencialmente que la afinidad con Dios consiste en conjugar vitalmente tres verbos : Practicar la justicia, amar con ternura y caminar humildemente con tu Dios ( Miq 6,8)
SABOREAR
Las palabras SABOR y SABOREAR se relacionan con SABER y SABIDURÍA.
La sabiduría es el saboreo interno de la vida, de las experiencias. Saborear se opone a tragar, engullir, consumir.
Gustar, disfrutar a Dios es saborear internamente la experiencia de ser alcanzados y alcanzadas por El.

La voracidad de la sociedad de consumo afecta también a nuestra vida espiritual, tenemos que trabajar la tendencia convulsiva de vivir atragantadamente las experiencias en vez de deleitarnos interna y profundamente con ellas. Hemos de pedir estos días ser degustadores y no engullidores de la experiencias que el Señor quiera regalarnos.

Queremos gustar internamente el encuentro con El y con los hermanos y hermanas y estos días porque tenemos también la experiencia profunda como tuvo también Ignacio de Loyola de que “No el mucho saber harta y satisface el anima sino el sentir y gustar las cosas internamente, ” (EE 22)
ESTE GUSTAR A DIOS SE UBICA EN UN TIEMPO Y EN UN ESPACIO
La experiencia de Dios no se da fuera de la realidad evadiéndonos en una burbuja mediante técnicas solo disponibles para iniciados o iniciadas.
Vivimos en un mundo que esta quebrado y cuyas heridas chorrean por todos lados. La injusticia estructural no sólo rompe el mundo en tres o mas mitades sino que nos rompe también a cada ser humano,nos hace seres desintegrados, enajenados de nosotros mismos, nos quiebra en nuestra identidad de hermanos y co-creadores con El Dios de la vida.

Nuestro desafío es orar en este mundo roto porque la ruptura no es lo último de la sociedad ni dela intimidad personal, En esta coyuntura también crece la obra de Dios como la dimensión mas honda de la realidad y de toda persona.

Podemos encontrar a Dios en lo profundo de la realidad y la realidad en la profundidad de Dios. Dios está en el centro de la vida, es su entraña misma (Mateo 28,20b;Hechos 16,22-28).
Como escribe Javier Vitoria no hay ninguna realidad que sea territorio comanche para Dios. Dios nos ha precedido para siempre en su encarnación de modo que nada humano, mundano ni excluido le es ajeno sino que lo humano y lo excluido es Dios mismo.

No tenemos que llevar a Dios cargadito a la espalda, como si de nosotros y nosotras dependiera su presencia, sino que El la habita misteriosamente, de modo que a nosotros y nosotras en todo caso, lo único que nos toca hacer es desvelarlo y descalzarnos ante el templo sagrado que es nuestro mundo y cada ser humano, como nos recuerda hermanita Madelaine “Nuestra primera tarea al acercarnos al pueblo y a la gente es quitarnos las sandalias, hacernos conscientes que la realidad que tocamos es santa, porque si no lo hacemos puede que pisemos los sueños de la gente, y más grave aun, puede que olvidemos que Dios estuvo allí mucho antes de nuestra llegada”.

Ni nosotros ni nuestro mundo estamos abandonados de la mano de Dios. Dios no está parado, ni se jubila, no tiene depresión ni bajones emocionales, sino que es terco en su modo de estar en el mundo oxigenándolo, lanzando bocanadas de aire fresco, de novedad de vida (Is. 42,9),chispas de Reino , brotes de humanidad nueva. (Is. 43,19)
Dios está en la realidad como una presencia amorosa y persistente. Al margen de que le descubramos o no, al margen de que entremos en contacto con El o no. Dios está siempre dando vida, si no me entero, El hace lo que puede, si me entero y le dejo hacer El va haciendo su obra en mi y eso es lo único interesante que El haga su obra, ni siquiera mis obstáculos son decisivos.

La fidelidad de Dios es su capacidad de permanecer a pesar de todo, está ahí, no nos deja, no se va aunque no le hagamos caso. El sigue actuando, amando y obrando en nosotros , de lo que se trata es de dejarle hacer, en palabras de Ignacio de Loyola de “dejar que el Creador se comunique con su criatura ”.

Gustar a Dios en lo cotidiano, disponernos al quite de Dios estos días supone entrar en una nueva relación con el tiempo, superar la inmediatez y la instantaneidad(mentalidad microondas), aprender una vez mas existencialmente que a aunque en la semilla ya esta la flor no podemos tirar del tallo para que crezca.
Esta nueva relación pasa por familiarizarnos con la ley del periodo largo , con la paciencia y el arte de la espera de quien sabe cuando es el momento de arrancar la cizaña y cuando no (Mat. 13,24-.30) , de quien sabe que el efecto de la levadura en la masa no es inmediato sino que requiere fuego lento y un proceso.

En estos días somos también invitadas e invitados a entrar en esta nueva relación con el tiempo , a aprender el ritmo lento de Dios que desde lo débil y lo vulnerable de nuestro mundo encierra la fuerza de la semilla del grano de mostaza que requiere atención y paciencia ( Lucas 13,18-20 ).

Que Dios nos regale en el día de hoy EXPONERNOS A SU GRACIA

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