Los Pueblos
andinos, amazónicos, guaranis, kollas, mapuches entre otras culturas,
conmemoran el 21 de junio el nuevo año, MACHAQ MARA (en Aymara) MOSOQ WATA (en
Quechua), celebrar significa renovar un compromiso de continuar criando a los
ecosistemas que conviven gracias a la benevolencia de la Pachamama y al Inti
Tata a quienes se les ofrenda la sagrada coca, sebos de llama y alcohol para la
challa como símbolo de reverencia.
Sumaq kawsay kachun Musuq Wata! |
A partir del 22 de junio se empieza a contar los 13 meses, cada uno de 28 días, contándose 364 días del nuevo año, el 21 de junio es el día 365, que se dedica exclusivamente a la fiesta del año nuevo y da inicio al invierno en el sur del planeta Tierra, siendo este día el que tienen la noche más larga y el día más corto.
Dentro del
calendario andino y del hemisferio sur, existen dos solsticios, el de invierno
y el de verano.
La celebración del mara t’aqa corresponde al de invierno, donde la altura, la helada y el movimiento del sol condensan su máxima expresión y significación en los andes y el hemisferio sur, periodo del juyphi-pacha, en la que la helada al llegar a su máxima expresión.
La celebración del mara t’aqa corresponde al de invierno, donde la altura, la helada y el movimiento del sol condensan su máxima expresión y significación en los andes y el hemisferio sur, periodo del juyphi-pacha, en la que la helada al llegar a su máxima expresión.
Cabe destacar,
que el cálculo poco ortodoxo del año 5 mil 523 surge de la suma de los cinco
ciclos (cada uno de mil años) de historia social de los pueblos originarios
hasta el inicio de la conquista española en 1492.
Para la
población creyente de los saberes andinos, el 21 de junio es el día cero en el
calendario aymara y permite a todos a limpiarse de las cosas malas, de actitudes
negativas, y con las nuevas energías adoptar nuevos hábitos de vida que
alimenten el espíritu.
La llegada del
nuevo año nuevo aymara simboliza el retorno del sol y la recepción de nuevas
energías cósmicas.
La Cosmovisión
Andina, es la relación del ser humano o runa con todo lo que le rodea en forma
material e inmaterial, a partir del origen y durante la evolución de todo. No
es excluyente, todos evolucionan y cumplen una función permanentemente.
La Cosmovisión Andina tiene como base la “Unidad” entre (cosmos, la naturaleza y la familia), Los Símbolos Sagrados de esta cultura, son los guías indispensables en nuestra evolución. Indican una vida bien organizada al servicio de los otros, y no de uno mismo ni de sus intereses particulares. Es la “Unidad”.
La Cosmovisión Andina tiene como base la “Unidad” entre (cosmos, la naturaleza y la familia), Los Símbolos Sagrados de esta cultura, son los guías indispensables en nuestra evolución. Indican una vida bien organizada al servicio de los otros, y no de uno mismo ni de sus intereses particulares. Es la “Unidad”.
Las personas
cambiamos y la sabiduría andina no cambia ni cambiará, se ha mantenido al
margen sin ser afectado en absoluto.
Esta Cosmovisión Andina se explica de la forma más objetiva posible desde el punto de vista psíquico y mental evolutivo, ya que no se puede separar la Unidad. Vivir la Cosmovisión Andina es vivir una vida equilibrada y Humana.
Esta Cosmovisión Andina se explica de la forma más objetiva posible desde el punto de vista psíquico y mental evolutivo, ya que no se puede separar la Unidad. Vivir la Cosmovisión Andina es vivir una vida equilibrada y Humana.
Todo daño que se
haga a cualquier ser, detiene la evolución. Esta evolución queda grabada en
nuestra conciencia, al igual que todos nuestros actos; por ello, nosotros
mismos somos los responsables y jueces de nuestros hechos cuando pasamos de un
plano a otro.
No hay comentarios :
Publicar un comentario