En el día de hoy este milagro para nuestra Iglesia llamado Francisco ha producido una de sus manifestaciones mas importantes ya no por gestos sino por medio de su autoridad llevando a cabo una importante reforma de la
justicia penal vaticana, con el endurecimiento de las condenas por delitos de
abuso contra menores.
Hay que profundizar en el conocimiento y analizar los alcances sin dudas fundamentales de este hecho.
«En nuestro tiempo, el bien común está cada vez más
amenazado por la delincuencia organizada y transnacional, el uso indebido de
las condiciones económicas y del mercado, así como el terrorismo».
Es la
denuncia del Papa Francisco en el Motu Proprio con el que se reforma el sistema
penal en el Vaticano, publicado hoy por la mañana.
Según el Papa, «es necesario
que la comunidad internacional adopte instrumentos jurídicos adecuados que
permitan prevenir y combatir la criminalidad, favoreciendo la cooperación
judicial internacional en materia penal».
En el texto, el
Pontífice explica que la presente Carta Apostólica en forma de Motu Proprio
pretende subrayar el compromiso de la Sede Apostólica en la cooperación a nivel
internacional.
La legislación que hasta ahora estaba vigente seguía el Código
Zanardelli, adoptado en 1929 después de la firma de los Pactos Lateranenses.
Por este motivo, por ejemplo, Paolo Gabriele, el ex-mayordomo de Benedicto XVI,
fue juzgado solamente por el delito de robo agravado, el único aplicable en su
caso, pues en las normas no figuraba el atentado en contra de la seguridad del
estado.
Así, en las
nuevas normas, Papa Francisco lleva a cabo una redefinición de la categoría de
los delitos en contra de los menores: la venta, la prostitución, el
enrolamiento y la violencia sexual en su contra; la pedopornografía, la
posesión de material pedopornográfico, los actos sexuales en contra de menores.
Es un paso
importante en la lucha en contra de los abusos sexuales pues serán sometidos a
las nuevas normas no solo todos los oficiales y empleados de la Curia romana,
sino también los nuncios apostólicos y el personal diplomático de la Santa
Sede, además de los empleados de órganos e instituciones relacionados con la
Santa Sede, independientemente del hecho de que se encuentren en el territorio
del Estado de la Ciudad del Vaticano.
«En este ámbito –se lee en el punto 5 del Comunicado:
"... hay que señalar la introducción ya producida del delito de tortura y la amplia
definición de la categoría de delitos contra los menores (entre los cuales se
señalan: la venta, la prostitución, el reclutamiento y la violencia sexual
contra los menores; la pornografía infantil, la posesión de pornografía
infantil; actos sexuales con menores)».
Además, fueron
introducidas nuevas figuras relacionadas con los delitos de «lesa humanidad, a
los que se dedica un título aparte; se ha previsto, entre otras cosas, la pena
específica de delitos como el genocidio y el apartheid, en el sentido de lo
dispuesto en el Estatuto de la Corte Penal Internacional, de 1998; así como se
ha revisado el título sobre los delitos contra la administración pública, en
relación con la Convención de las Naciones Unidas de 2003 contra la corrupción.
Desde el punto de vista de las sanciones, además, se decidió abolir la pena de
cadena perpetua, reemplazándola con la pena de prisión de 30 a 35 años».
«Las leyes
aprobadas hoy por la Pontificia Comisión para el Estado de la Ciudad del
Vaticano representan una intervención normativa de largo alcance, requerida en
función del servicio que este Estado, absolutamente peculiar y único en su
género, está llamado a llevar a cabo en beneficio de la Sede Apostólica»,
indicó mons. Dominique Mamberti, secretario de Relaciones de la Santa Sede con
los Estados.
Por su parte,
Federico Lombardi, director de la Sala de prensa del vaticano, indicó que «Las
leyes penales adoptadas hoy prosiguen la adecuación del ordenamiento jurídico
vaticano en continuidad con las acciones emprendidas a partir de 2010 durante
el pontificado del papa Benedicto XVI». Las nuevas normas
Fuente Vatican Insider - Alessandro Speciale - Ciudad
del Vaticano
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