BOGOTÁ (Semana). “Es una
hecatombe. Y dan ganas de llorar”, concluyó el biólogo francés Gilles-Eric
Séralini después de una larga investigación en la que ratas de laboratorio
fueron alimentadas con NK603, un maíz transgénico de la multinacional
estadounidense agroalimentaria Monsanto. Los resultados, publicados en la
revista especializada Food and Chemical Toxicology, son preocupantes: tumores,
necrosis de hígado, insuficiencias renales y reducción de la expectativa de
vida.
El estudio se extendió sobre más
de dos años y 200 ratas divididas en 9 grupos, que comían en mayor o menor
medida maíz transgénico. Por sus dimensiones, su ambición y sus alcances,
muchos científicos consideran que la investigación es verdaderamente
revolucionaria. Es ni más ni menos, el primer estudio en el que se prueba que
los organismos genéticamente modificados (OGM) tienen una consecuencia sobre el
organismo.
Efectos en las ratas por el consumo de granos transgénicos que tambien consume nuestra población |
En su portada la revista francesa
Le Nouvel Observateur afirmó que se “pulveriza una verdad oficial: la inocuidad
del maíz genéticamente modificado”. Según escribieron, si el maíz fuera un
medicamento, no pasaría las pruebas que autorizan su venta y tendría que ser
suspendido a la espera de nuevas investigaciones.
Las diferencias entre las ratas
que consumían OGM y las que no, empezaron a verse al cabo de un año. Entre las
ratas de sexo masculino, se constató que las congestiones y las necrosis del
hígado son entre 2,5 y 5,5 veces más frecuentes. Estas sufren también de 1,3 a
2,3 veces más insuficiencias renales graves. En el grupo de las ratas de sexo
femenino se evidenciaron enormes tumores que llegaron a tener el tamaño de una
bola de ping-pong y a representar el 25 por ciento del peso del animal. La
probabilidad de que desarrollaran estas deformidades fueron de dos a tres veces
superiores al resto de los roedores.
Los gigantes de la distribución
francesa Auchan y Carrefour, que prefieren evitar cualquier demanda y escándalo
con los productos que venden, patrocinaron la investigación, que fue realizada
en el secreto más absoluto y bautizada con el código In Vivo.
Séralini cuenta
que la comunicación con sus colaboradores se hizo solo por correos electrónicos
codificados, que evitó hablar por teléfono y que incluso montaron un estudio paralelo
para no levantar sospechas de las multinacionales y evitar cualquier
intervención.
Hasta ahora la mayoría de
estudios sobre los OGM no había demostrado diferencias significativas entre los
grupos que los consumían y los que no. Pero estas investigaciones eran hechas
sobre un periodo más corto, generalmente de tres meses.
Además, según resalta
el periódico Le Monde, “casi todos fueron financiados o hechos por firmas
agroquímicas”.
El NK603 es un maíz producido por
Monsanto resistente al Round-Up, el herbicida estrella de la multinacional. Los
agricultores que usan este tipo de maíz pueden tratar sus sembrados con
Round-Up sin alterar sus cultivos.
En Europa, aunque su cultivo aún
no esté autorizado, se pueden importar alimentos que contienen maíz NK603 para
los animales como para los humanos.
El cultivo del NK603 está autorizado en 12
países: Estados Unidos, Argentina, Brasil, Canadá, Japón, Sudáfrica, Filipinas,
Paraguay, Uruguay, El Salvador, Honduras y...Colombia.
En el país hay varias
resoluciones del Instituto Colombiano Agropecuario (ICA) que autorizan la
importación y el cultivo del NK603. Un estudio del Instituto Nacional de
Vigilancia de Medicamentos y Alimentos (Invima) autorizó este tipo de maíz para
aceite refinado y harina de maíz y como “materia prima para la producción de
alimentos”.
Según la página del Isaa
(Servicio internacional para la adquisición de aplicaciones
agrobiotecnológicas), una organización que promueve el uso de OGM, en Colombia
hay 26 semillas genéticamente modificadas que se pueden cultivar.
Estas
incluyen claveles, algodón, arroz, rosas, soya, remolacha, trigo, maíz y lino.
Colombia es así el cuarto país, después de México, Brasil y Argentina, donde el
cultivo de más semillas transgénicas está autorizado.
Monsanto, y varios científicos,
no tardaron en cuestionar al doctor Séralini.
Lo acusaron de no ceñirse a los
protocolos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos
(OCDE) ,que estipula que los grupos estudiados tienen que ser de 50 ratas y no de
10, de no dar más detalles sobre las dietas de los roedores y de usar ratas que
desarrollan tumores más fácilmente.
En un comunicado resumieron su
argumentación en una frase: “Este estudio no respeta las normas mínimas
requeridas para este tipo de investigación científica”.
En las próximas semanas Séralini
lanzará "Todos somos conejillos de indias", un libro en el que
relatará los pormenores de su investigación. A finales de septiembre también
saldrá en los cines franceses un documental que siguió el equipo de Séralini.
En Francia, el primer ministro
Jean Marc Ayrault dijo que defendería la prohibición de los OGM a nivel europeo
si se verificaba su peligro. En Rusia, el gobierno suspendió la importación de
maíz transgénico. Las autoridades alimentarias europeas, por su parte, van a
emprender nuevos estudios antes de tomar decisiones definitivas.
En California,
en el próximo mes de noviembre, los ciudadanos votarán por la propuesta 37, que
obligaría a los productores de alimentos indicar si sus productos contienen
OGM.
El tema promete seguir rondando
por meses. Pues es sin duda un momento trascendental. Como escribió el Nouvel
Observateur, para los transgéncios “la era de las dudas se acaba. El tiempo de
la verdad comienza”.
A continuación dejamos dos links
en el que se podrá acceder a entrevistas realizadas al biólogo francés
Gilles-Eric Séralini en el año 2009 / 2010, para conocer algo más sobre su
investigación y lo que piensa sobre los organismos genéticamente modificados
(OGM), más conocidos como transgénicos.
por NATHAN JACCARD
1 comentario :
Mil gracias Hno Claudio por esta informacion tan valiosa.
Bendiciones.
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