Un cristiano del
este me dijo un día, al ver una foto del padre de Foucauld que estaba
sobre mi escritorio "Este rostro...... es un icono."
Simplemente echa un vistazo a la siguiente imagen:
Simplemente echa un vistazo a la siguiente imagen:
Hay personas que dicen, con diversos grados de seriedad: "¿Quién es él?" "¿Es un icono?"
Es una reacción hermosa. Una reacción profunda.
Es una reacción hermosa. Una reacción profunda.
Hay algo en la cara de este hombre, el Beato Charles: especialmente en
los ojos. El amor viene de o a través de ellos. No es solo una apriencia humana!!!!!
En realidad, la transfiguración de toda la persona, en su cuerpo y
alma, por la caridad es un tema de toda la Iglesia. Sin duda, es
particularmente fuerte en el cristianismo oriental. Pero es universal.
Es un tema muy fuerte en San Juan de la Cruz, también. Uno de los
muchos ejemplos claros se encuentra en la Llama de amor viva :
"...Cuando él quiere tocar algo con vehemencia, quema el alma llega a
tal grado de amor que parece superar a la de todos los fuegos del mundo,
porque él es un fuego infinito del amor. Porque el alma en este caso
está totalmente transformada por la llama divina, no sólo se siente un
cauterio, pero se ha convertido en un cauterio de fuego ardiente...."
(St 2, # 2) Tal quema no destruye, diviniza.
Es imposible imaginar una transformación del alma tan total que no tenga ningún efecto sobre el cuerpo. Esta transfiguración de la persona en su totalidad por el amor es considerado por los cristianos como signo imnegable de la santidad.
Recemos para que nuestro aspecto, nuestros gestos, nuestros habituales
cambios en el cuerpo sirvan para acompañar la actividad de Dios en
nuestra alma.
Fuente: Passio Divinorum.-
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