Es tarde de sábado aquí en la Argentina, una bellisima tarde de primavera que trae a la fraternidad los rumores de la ciudad cercana, las primeras sombras de la noche invitan al corazón a elevarse por sobre las realidades y encontrarse con "la realidad" y dar gracias por tanto.
Este amor que busca el palpitar anhelante de la oración, de la amante presencia del eterno donde se hacen actuales los entonces; y donde el silencio y la soledad se trocan en recuerdos intercesores; recuerdos amigables y dulces por el Amor, por aquellos amores nuevos o antiguos, por la vida, por las presencias, por las pupilas encontradas a lo largo del día, por el trabajo y sus afanes, por los colores y los dolores y por.... la música.
Eterna presencia misericordiosa y compañera, sabes tanto de mí que no puedo evitar que tus voces amigas hagan rodar lagrimas por mi rostro.
Dios amigo, Dios hermano gracias por tanto y............. Allelujah!!!!!
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