Compartimos la explicación de esta hermosa imágen de la Trinidad donde:
El
Padre: La más grande de las tres personas, pone las manos bajo los brazos de la
creatura humana para sostenerla. Pone toda su fuerza para ayudar al ser humano
a alzarse. Besa a la humanidad como Padre misericordioso.
El Hijo: Al
otro lado del ser humano, El Hijo, que se inclina sobre él y le sirve, en un
gesto que recuerda el lavatorio de los pies. Las llagas nos muestran que es el
Resucitado. Por la Resurrección sabemos que Dios está de parte de los pobres y
excluidos.
El Espíritu: Alienta
y fortalece el actuar conjunto del Padre y el Hijo, y a la humanidad sufriente.
Es expresión del Amor. En forma de fuego y paloma está a punto de entrar en el
corazón del ser humano para resucitarlo, darle Vida.
Las tres
personas abandonan su propio círculo en su volverse hacia la humanidad
doliente. Salen de sí mismas para cooperar conjuntamente en su amor a la
humanidad y crear así una unidad de misericordia.
El ser humano:
es sostenido, servido, alentado y fortalecido por el Amor de la Trinidad.
Como en el
Icono de la Trinidad, nuestro mundo está clamando, gritando. En él existen
situaciones límite en las que el Reino está en juego. Tenemos que vivir
alerta con los ojos puestos en el Señor y en la realidad del mundo. No nos
podemos paralizar por el miedo, el dolor o la desesperanza, tenemos que activar
en nosotras la entrega de la vida. Nuestro reto, al igual que en este
icono debe ser sostener, servir y alentar a nuestro mundo, en especial a esta
humanidad sufriente.
No hay comentarios :
Publicar un comentario