Buenas vacaciones hermanas y hermanos para aquellas y aquellos que esten gozando de este momento tan merecido.
"... En el claustro que da al refectorio se encontraba el padre abad y su silencioso amigo de tantos años ya, tratando de descubrir nuevos caminos para rendirse ante aquello que toda su vida han buscado; "el santo encuentro", "el abrazo enamorado con el amante", la santidad.
- decia el venerable anciano: "Hermano, no estoy hablando de un alma piadosa, estoy hablando de un alma santa y convengamos que la distancia entre la piedady la santidad es infinita!"
- hombre, respondió el hermano; estamos totalmente de acuerdo como casi siempre.... añadió con un leve sonrisa entre sus finos labios cubiertos con la sombra que proyectaba la capucha de su blanco habito, también sostengo que la distancia que hay entre beatería y santidad es esencial, no se trata solamente de grados...
- el padre agregó... "yo encuentro que el mundo religioso está pertrechado de de suficientes almas beatas pero entre ellas encuentro muy pocos santos..."
- reverendo padre, respondió el viejo monje a su abad; creo que no somos lo suficientemente sensitivos a la Gracia de Dios.....
.... creo ademas, que nuestros deseos son buenos, pero que nuestras inteligencias no son suficientemente delicadas para captar los susurros de la Divinidad, que estamos perdiendo la capacidad de sensibilizarnos para captar cada rayo de luz celestial que el buen Dios nos envía..."
... he comprobado que la mayoría de los monasterios están llenos de buenos deseos, pero no de la agudas percepciónes..."
- entonces lo que nos impide llegar a ser santos es mas la lentitud del pensamiento que la remolomería de la voluntad..."
"... por eso que a veces me dan ganas de interrumpir a esos predicadores, que gritan: sean hombres y mujeres de oración, sean santos, amén a Jesús..." Me encantaría decirles..." eso es lo que precisamente yo quisiera ser y hacer; mi corazón está dispuesto, mi voluntad es buena, pero su obligación es decirme cómo he de ser santo, como debo orar y como amar a Dios y a su Hijo..."
- por eso hermano, dijo el abad..." creo que la llave del cielo o si preferis el secreto de la felicidad, no estriba en oraciones, ni en prácticas piadosas...."
"... EL SECRETO ES HACER LA VOLUNTAD DE DIOS CON BUENA VOLUNTAD..."
- "... Padre, vaya manera de simplificar la santidad...." respondió el anacoreta.
- "... Si, hermano mío, pero también de santificar la simplicidad..." dijo el abad.
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