Dejarte mirar por la misericordia
Está bien mirar tu vida con tus ojos,
Como una cascada que inunda la tierra de humedad,
deja que la misericordia de Jesús caiga sobre ti.
Te lo dice en su Hijo Jesús, en quien te entrega todo lo que es.
Tus heridas la están esperando.
Reconocía la dignidad escondida e invitaba a levantarse a los caídos.
Invitaba a los entristecidos por la injusticia a la alegría de dejarse amar por el Abbá.
Es lo mejor que puedes darle a tu vida.
Une tu voz a la de tantos que han cantado las misericordias del Señor.
“Sed compasivos como vuestro Padre es compasivo” (Lc 6,36).
Tu compasión me llena de gozo.
“Hijo, tú siempre estás conmigo, y todo lo mío es tuyo” (Lc 15,32).
Todo lo tuyo es nuestro y lo nuestro es tuyo.
Ora agradeciendo y cantando
Señor Jesús, todo mi ser canta hoy tu ternura,
tu bondad y tu misericordia.
Toda mi vida rezuma alegría al ver cómo me inunda tu amor.
Tu misericordia es mucho más grande que todos mis pecados.
Tu ternura es raíz y fuente de un amor ilimitado y sin fronteras.
Gracias por dejarme beber de tu fuente.
Enséñame a tener compasión de los que caminan conmigo.
¡Bendito y alabado seas, Señor!
Centro Cipe
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