21 de febrero de 2010

Heme aquí Señor

Heme, Señor a tus divinas plantas,
baja la frente y de rubor cubierta,
porque mis culpas son tales y tantas,
que tengo miedo de tus miradas santas
y el pecho mío a respirar no acierta.

Mas, ay! que renunciar la lumbre hermosa
de esos divinos regalados ojos
es condenarme a noche tenebrosa;
y esa noche es horrible, es espantosa
para el que gime a tus pies de hinojos.

Dame licencia ya Padre adorado,
para mirarte y moderar mi miedo;
mas no te muestres de esplendor cercado;
muestrate Padre mío en cruz clavado,
porque sólo en la cruz mirarte puedo. Amén.

Himno de vísperas del miércoles de ceniza.

No hay comentarios :