En este año sacerdotal rezaremos para que definitivamente nuestro amado CURA BROCHERO sea beatificado, sería una bendición tan grande para nuestro pueblo que la santidad de un sacerdote ejemplar como Brochero sea propuesto cómo camino por la Iglesia para todos y cada uno de los que llamados por Cristo a la cura de almas.
DE COMO EL CURA LES HABLABA A SUS PAISANOS
Cierta vez, un sacerdote joven le predicaba a los gauchos, y el cura Brochero asistía a la plática. El predicador trataba de mover el corazón de sus oyentes: “Acércate hijo mío a esa Cruz, y contempla cómo está lastimado Jesucristo sufriendo por tus pecados.” Los paisanos oían como quien oye llover. Cuando el padre terminó, Brochero le hizo una seña y le cuchicheó al oído: Padre, ¡mis paisanos no le entienden!¡Mire qué cara de bozales tienen! Déjeme a mí predicarles la segunda parte.El jesuita asintió con gusto.
Brochero dijo lo siguiente: Mira hijo lo jodido que está Jesucristo, saltados los dientes y chorreando sangre. Mira la cabeza rajada y con espinas. Por ti que sacas la oveja al vecino. Por ti tiene jodidos y rotos los labios; tu maldices cuando te chupas. Qué jodido lo has dejado con los pies abiertos con clavos, tu que perjuras y odias. Estas “palabrotas” penetraban en el corazón de los paisanos que al poco rato se enternecían y empezaban a sollozar
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