3º DIA
VER – OÍR
No tenemos otro lugar para encontrarnos con el Dios de la historia más que la realidad. En Jesús Dios se ha hecho historia, carne y para encontrarnos con El la realidad es cita obligada, una realidad que por un lado, no se ajusta a nuestras proyecciones ni idealidades sino que hemos de afrontar permanentemente para que nuestro seguimiento a Jesús no sea algo subjetivo o espiritualizante, sino que sea concreto y honesto con lo real, como dice Jon Sobrino .
Contemplar no es idealizar ni proyectar
VER – OÍR
No tenemos otro lugar para encontrarnos con el Dios de la historia más que la realidad. En Jesús Dios se ha hecho historia, carne y para encontrarnos con El la realidad es cita obligada, una realidad que por un lado, no se ajusta a nuestras proyecciones ni idealidades sino que hemos de afrontar permanentemente para que nuestro seguimiento a Jesús no sea algo subjetivo o espiritualizante, sino que sea concreto y honesto con lo real, como dice Jon Sobrino .
Contemplar no es idealizar ni proyectar
La vida no es un conjunto de ideas que organizamos en un proyecto , es un devenir de acontecimientos y lo que hacemos con ellos, cómo lo procesamos, lo que vamos haciendo con ellos. Cada vez somos más conscientes de la complejidad de la realidad, de los mecanismos estructurales que la configuran, por eso necesitamos cuestionarnos permanentemente nuestros análisis, nuestras miradas e ir liberándolas de las visiones simplistas y superficiales
Nuestro sentidos- hoy vamos a profundizar en la VISTA Y EL OIDO- , son la puerta por la que las personas podemos acceder a la realidad, pero nuestra sensibilidad está siempre condicionada, nunca es neutra sino que a menudo queda entrampada en lo puramente superficial. La cultura del bienestar y la satisfacción atora y embota cada vez más nuestra sensibilidad (ejemplos)
La experiencia de Dios no es una mística de ojos cerrado, sino una mística de ojos abiertos, no es una percepción relacionada unicamente con uno mismo, sino una percepción intensificada del sufrimiento ajeno (J. B. Metz).
Es necesario tener los ojos bien abiertos y los oídos ante lo que acontece .
La mística cristiana es una mística de ojos abiertos porque el Dios de Jesús es un Dios de ojos abiertos: VE, OYE, QUEDA, AFECTADO POR LO QUE VE Y OYE; “ES MOVIDO A COMPASIÓN” Y BAJA Y LIBERA. ( Ex 3, 7-10)
Pero esta liberación no la hace de manera mágica, saltándose la acción humana, y la propia conciencia de incapacidad de los hombres y mujeres, supliéndoles, sino contando con ellos y con su preciada libertad,
Si contemplamos los primeros capítulos del Éxodo descubrimos que el Dios liberador cuenta con :
- La desobediencia civil de Sifra y Puá primeras insumisas de la historia ante las leyes injustas, que anteponen la dignidad de toda vida a los intereses de los imperios (Ex. 1-15-22)
- La resistencia creativa, propia de las culturas amenazadas de la madre y la hermana de Moisés, para salvar la vida del pequeño (Ex. 2, 1-8)
- La sensibilidad de la hermana del faraón ante la vulnerabilidad de aquel niño abandonado en el río más allá de su religión y etnia. ( Ex. 2, 4-10)
- Moisés y su propio proceso personal en su búsqueda de identidad y el modo concreto con que canalizar su rabia, hasta ser transformada en alternativa para él y para su pueblo, buscando no la revancha sino el plan de Dios ( Ex. 2, 111-21)
Con el pueblo, un pueblo explotado ( Ex 1, 11) con duros trabajos, al que le cuesta ponerse en marcha y vive con la permanente tentación de la nostalgia al cebollas que le daban a comer los opresores (Ex. 16, 1.4) prefiriendo la seguridad de los ídolos a la intemperie del Dios que trata personalmente pero al cual sólo se le puede ver por la espalada (Ex. 33,12-22)
La mirada de Dios es una mirada movilizadora.
Al mirar Dios queda afectado, todo su ser se conmueve desde lo más profundo de si mismo, es una mirada que relaciona ojos y corazón .
En la cultura judía los ojos son el correlato exterior del corazón, los ojos son el corazón de la exterioridad y el corazón son los ojos de la interioridad, no hay dualismo entre lo de fuera y lo de dentro y el corazón constituye a la vez el centro de la totalidad de la persona
Una de las características de los profetas es que viven una identificación emocional con los sentimientos de Dios : Ven, oyen y se comunican desde OTRO que ha tomado radicalmente su sensibilidad y le ha traspasado sus sentimientos ( Ex 4, 11-12), (Jer. 20, 7-9)
La mirada de los profetas taladra la apariencia y se adentra en la entraña de la realidad, de modo, que donde otros sólo perciben realidades aparentes ellos descubren signos del querer de Dios para su pueblo y captan las potencialidades y el germen de novedad que la realidad puede estar encerrando.
Los profetas ven signos donde los demás sólo ven cosas (Jer. 1, 12), captan más allá de lo trivial el clamor de la injusticia ( Hab. 2, 9-11) (Am. 6, 4-6)
Son aquellos que tocados por el pathos de Dios han convertido sus ojos en entrañas y han aprendido a mirar la realidad de un modo provocadoramente alternativo, captándola habitada por una presencia que la carga de potencialidades y le lleva a proclamar que “Hay esperanza para su futuro” ( Jr 31,17), (Is. 43, 18-19) (Is. 42,9) porque “El Señor pone sus ojos en el humilde y el abatido y se estremece ante sus palabras” (Is. 66,2)
Alguien ha escrito que los profetas son aquellos a los que Dios les regala entrar en la dinámica de la revolución de los adverbios es decir, aquellos que experimentan con gozo que es en : el abajo y no en el arriba, en los supuestamente alejados y no en los que nos sentimos poseedores de la salvación el lugar donde el Dios de la historia nos cita para abrazarnos con su misericordia La mirada de los profetas y la mirada de Jesús, una mirada invertida :
Donde los dirigentes judíos veían pecadores y enfermos (Mc 2, 13-17 , Mc 7, 31-37) que había que excluir de la comunidad Jesús veía hijos del Padre extraviados que había que cargar sobre los hombros para congregarlos en la comunidad ( Juan 8, 1-8; Mc 5, 1-21), donde otros veían últimos El veía primeros
Aprender de Jesús los profetas a IR INVERTIR LA MIRADA es un proceso QUE EXIGE NUESTRA CONVERSIÓN RADICAL, no se hace de un tirón sino que es una tarea en la que siempre seremos aprendices y que requiere mucha escucha, acogida, práctica, vecindad, maestros y maestras que nos ayuden a conducirla adecuadamente y para ello nos es imprescindible que nos presten sus ojos, los más orillados del sistema .
Nos es imprescindible la proximidad y la amistad con ellos para captar el otro lado de las cosas, el revés de la historia y su verdad más profunda Ellos son nuestros gurus, nuestros mistagogos.... en el siglo IV san Gregorio Nacianceno a las comunidades cristianas de aquel tiempo ya les recordaba que los pobres son nuestro maestros y los humildes nuestros formadores.
No hay comentarios :
Publicar un comentario