16 de marzo de 2009

Benedicto XVI a los Obispos de Argentina

"El ministerio episcopal es al servicio de la unidad y la comunión de todo el Cuerpo místico de Cristo. El Obispo está llamado a impulsar y defender la integridad de la fe y la disciplina común de toda la Iglesia”


Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) - " El ministerio episcopal está al servicio de la unidad y de la comunión de todo el Cuerpo místico de Cristo. El Obispo, que es el principio y fundamento visible de unidad en su Iglesia particular, está llamado a impulsar y defender la integridad de la fe y la disciplina común de toda la Iglesia, enseñando además a los fieles a amar a todos sus hermanos”.

Son las palabras con las que el Santo Padre Benedicto XVI se ha dirigido a los Obispos de la Conferencia Episcopal Argentina, recibidos el 14 de marzo con ocasión de la Visita "ad Limina Apostolorum".

El Papa ha expresado a los Obispos argentinos su gratitud por la "voluntad decidida de mantener y afianzar la unidad en el seno de vuestra Conferencia Episcopal y de vuestras Comunidades diocesanas”. A continuación ha afirmado: "Esta unidad, que debéis promover con intensidad y de manera visible, será además fuente de consuelo en el grave cometido que se os ha confiado. Gracias a esta colegialidad afectiva y efectiva, ningún Obispo está solo, porque está siempre y estrechamente unido a Cristo, Buen Pastor, y también, en virtud de su Ordenación episcopal y de la comunión jerárquica, a sus hermanos en el episcopado y a quien el Señor ha elegido como Sucesor de Pedro”.

El Santo Padre ha exhortado a continuación a los Obispos, a vivir "este espíritu de comunión" en particular en las relaciones con los sacerdotes, animándolos a preocuparse "con amor de padres y hermanos" por sus condiciones espirituales, intelectuales y materiales, y del mismo modo, "a extremar la caridad y la prudencia" al corregir enseñanzas, actitudes o comportamientos que desdicen de la condición sacerdotal y que pueden, además, “dañar y confundir la fe y la vida cristiana de los fieles”.

El Papa ha llamado los Obispos argentinos "a realizar un gran esfuerzo para promover las vocaciones sacerdotales”, por medio de "una pastoral matrimonial y familiar más incisiva" y "una pastoral juvenil más audaz, que ayude a los jóvenes a responder con generosidad al llamado que Dios les hace".

Además es necesario "intensificar la formación de los seminaristas en todas sus dimensiones: humana, espiritual, intelectual, afectiva y pastoral, llevando a cabo además una eficaz y exigente labor de discernimiento de los candidatos a las sagradas órdenes”.

Entre las otras prioridades puestas en evidencia, Benedicto XVI ha citado "de suma importancia reconocer, valorar y estimular la participación de los religiosos en la actividad evangelizadora diocesana, a la que enriquecen con la aportación de sus respectivos carismas”. Además "también los fieles, en virtud de su bautismo, están llamados a cooperar en la edificación del Cuerpo de Cristo.

Para ello hay que llevarlos a tener una experiencia más viva de Jesucristo y del misterio de su amor.

El trato permanente con el Señor mediante una intensa vida de oración y una adecuada formación espiritual y doctrinal aumentará en todos los cristianos el gozo de creer y celebrar su fe y la alegría de pertenecer a la Iglesia, impulsándoles así a participar activamente en la misión de proclamar la Buena Noticia a todos los hombres”.

El Papa ha concluido su discurso asegurando a los Obispos argentinos su cercanía y oración cotidiana: "¡Que el Señor os conceda la alegría de servirle, guiando en su nombre a la grey que se os ha confiado.

Que la Virgen María, en su advocación de Nuestra Señora de Luján, os acompañe y proteja siempre, así como a vuestros fieles diocesanos, y os imparto con gran afecto una especial Bendición Apostólica”.

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