Fuente Conferencia Episcopal Francesa.
Sor Emmanuelle, la monja francesa que simbolizó la lucha contra la pobreza, falleció a los 99 años en su modesta vivienda de Callian, en el centro de Francia, informaron fuentes de la asociación que creó.
La religiosa dejó un legado de ayuda a los demás, sobre todo forjada en sus trabajos en los barrios más deprimidos de El Cairo, donde se labró el apelativo de "la hermanita de los traperos".
Nacida en Bruselas el 16 de noviembre de 1908, Madeleine Cinquin, su verdadero nombre, tuvo una infancia marcada por la muerte de su padre, quien se ahogó ante sus ojos cuando ella sólo tenía seis años.
En su adolescencia mostró su deseo de ingresar en una orden religiosa pese a la oposición de su familia y a los 23 años, tras haber cursado estudios es ciencias filosóficas y religiosas, profesó sus votos.
Dedica buena parte de su vida a dar clases en colegios de alto nivel de países del tercer mundo, sobre todo en Turquía y Túnez, hasta que llega a la ciudad egipcia de Alejandría, donde su vocación por ayudar a los pobres se hace más evidente.
A los 72 años, la edad de la jubilación, abandona su trabajo de maestra, vende los libros de su biblioteca y quema sus escritos para comenzar una entrega a los más desfavorecidos de El Cairo.
En ese momento se labra una gran popularidad como apóstol de los pobres, una labor que también lleva a Francia, donde se ocupa de los que no tienen vivienda.
Además de pasar 20 años entre los más pobres, Sor Emmanuelle trabajó para sensibilizar a las sociedades de los países ricos del hambre que sufren los pobres.
Solía contraponer la sonrisa de la gente de lugares pobres con la seriedad la de los países ricos y se preguntaba "¿quiénes son más pobres?".
A su trabajo en el terreno sumó una independencia de pensamiento que le llevó a enfrentarse a menudo con la jerarquía eclesiástica, como cuando se pronunció a favor de la píldora anticonceptiva o del matrimonio de los sacerdotes.
Conforme a su deseo, las ceremonias fúnebres de Sor Emmanuelle se celebrarán en la más estricta intimidad y en su epitafio figurará una simple frase: "Vivió".
Testamento Espiritual de Sor Emmanuel
Si chers Amis,
Nous le savons, l’Amour est plus fort que
Aujourd’hui, où vous vous êtes encore une fois dérangé pour moi, mon âme et mon coeur sont tout près de votre âme et de votre cœur.
Je voudrais que cette chère rencontre se déroule dans une atmosphère de joie.
J’ai choisi des cantiques pleins d’allégresse. Chantez les joyeusement à pleine voix !
Je tiens à vous dire une merci bondissant de reconnaissance pour ce que vous avez fait et ferez encore, je le sais, pour nos milliers d’enfants en difficulté à travers le monde.
Grâce à vous, ils deviennent des citoyens debout et heureux. L’enfant qui souffre « sensible à vos cœurs » rappelle le mot de Pascal : « Dieu sensible au cœur ».
Voilà la merveille qui, au-delà de toute conviction religieuse, politique, culturelle ou autre, nous unit tous dans une belle harmonie.
Seigneur, tu as voulu que nous, les humains, puissions tressaillir devant la douleur et arriver à la soulager. C’est ainsi que, comme nous le dit le Christ, dans l’évangile de Matthieu au chapitre 25, nous devenons « bénis » par Toi, notre Père des cieux.
Oui vous êtes bénis, vous qui savez aimer et partager, vous êtes bénis, parce que, sans le savoir peut-être, vous avancez sur la route qui mène à l’éternité bienheureuse où je vous attends dans le même Amour.
Une petite confidence pour finir. J’ai demandé que soit chanté comme psaume le Magnificat. Ce cantique contient en effet le secret du bonheur de ma vie.
Dès mon entrée en religion, en 1931, je me suis confiée, corps et âme, à
Yalla ! En avant ! C’est passionnant de vivre en aimant !
Votre Emmanuelle qui garde chacun et chacune de vous dans son coeur
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