1. Tener el Rosario en el bolsillo
Todo católico debe tener siempre un Rosario en su bolsillo.
Existe el denario con sólo diez cuentas y que puede transportarse fácilmente.
Siempre que busques un pañuelo o una llave antes de salir,
recuerda también llevar el Rosario de Jesús y María.
En la vida cotidiana siempre hay un "tiempo libre"
que podremos aprovechar para rezar el Rosario: cuando esperamos la consulta
médica, un bus, una llamada importante, entre otros.
Y si por alguna razón una persona no desea mostrarse en una
“sala de espera” como católico practicante, también puede utilizar sus manos:
tenemos diez dedos, para contar con ellos los Avemarías.
3. Rezar mientras se realizan quehaceres y deporte
Muchas actividades no requieren pensar mucho, porque las
hacemos mecánicamente. Cuando se pica la cebolla, se tiende la ropa o se lava
el auto también se puede rezar el Rosario. Así como cuando las personas que se
aman piensan en el otro sin importar la actividad que realicen, el Rosario
ayuda a permanecer en sintonía con el corazón de Jesús y María.
Esto también funciona para muchos deportes: correr, andar en
bicicleta o nadar son actividades en las que se puede rezar el Rosario al ritmo
de la propia respiración (ya sea de forma interna o en voz alta si estás solo
en un campo abierto).
4. Las imágenes y la música también pueden ayudar
El Rosario es una oración contemplativa. Más importante que
las palabras que usemos, es la predisposición de nuestro corazón para
contemplar cada uno de los misterios.
Para este propósito se puede buscar en Internet 5 imágenes
que nos ayuden a contemplar cada pasaje de la vida Cristo y María. Por otro
lado, la música también puede ser útil si se ejecuta en un segundo plano para
encontrar paz.
5. Canalizar nuestras distracciones para rezar
Es difícil una oración en la que no surjan distracciones.
Una y otra vez los pensamientos vienen a nuestra mente: la lista de compras, el
cumpleaños de un amigo, una enfermedad o una preocupación. Si luchamos contra
ella en la oración, a menudo es peor.
Es mejor reunir estas "distracciones" y rezar un
Avemaría por las personas, por los amigos y familiares, por uno mismo y los
problemas. De este modo la oración se hace sincera y personal.
6. Rezar por el otro mientras nos desplazamos
En el camino al trabajo o a la escuela, ya sea en auto o en
bus, en tren o caminando, es posible rezar el Rosario sin bajar la cabeza y
cerrar los ojos.
Rezar mientras nos desplazamos significa dedicar los
Avemarías a las personas con las que hemos establecido contacto o visto durante
el día; también por las empresas e instituciones que están en mi camino.
Por ejemplo, si veo a un doctor en mi camino puedo rezar por
las personas que atenderán sus enfermedades con él.
7. Orar de rodillas o peregrinando
El Rosario puede rezarse siempre y en todo lugar. A veces,
cuando se reza de rodillas o se peregrina se puede llegar a sentir un
"desafío físico". Sin embargo esto no se trata de “torturarse” o
aguantar el mayor tiempo posible, sino de tener en cuenta que tenemos un cuerpo
y alma para adorar a Dios. Por lo tanto, el rosario es también una oración de
peregrinación.
8. Conectar cada misterio con una intención
No siempre se tiene que rezar el Rosario de corrido. A
menudo puede ser útil conectar cada misterio con una preocupación particular:
mi madre, un amigo, el Papa, los cristianos perseguidos. Cuanto más específico
sea, mejor. La alabanza y dar gracias a Dios no deben tampoco estar ausentes.
9. Rezarlo en momentos de sequía espiritual
Nosotros los cristianos no somos “yoguis” que debemos
cumplir con prácticas ascéticas para “vaciar” nuestra mente. Si bien nuestra
relación con Dios está por encima de cualquier actividad, hay también momentos
de sequía y aflicción en los que no se puede orar.
En estos momentos difíciles, tenemos que recogernos con el
Rosario y simplemente recitar las oraciones. Esto no es una charla pagana, sino
que aquella pequeña chispa de buena voluntad que ofrecemos a Dios, puede
fomentar que el Espíritu Santo avive la llama de nuestro espíritu.
En tiempos difíciles, incluso puede ser suficiente sostener
el Rosario sin pronunciar una palabra. Este estado desdichado ante Dios y su
madre se convierte en una buena oración y ciertamente no permanece sin respuesta.
10. Caer dormido rezando el Rosario
El Rosario no debe estar solo es nuestro bolsillos, sino en
cada mesita de noche. Cuando se intenta conciliar el sueño también se pueden
rezar los Avemarías y es mejor que contar ovejas.
En ocasiones solo las personas mayores y enfermas se
“aferran” al Rosario por la noche debido a las promesas de seguridad, fortaleza
y consuelo. Sin embargo, también en los buenos tiempos se debe recurrir a esta
oración y pedir especialmente por aquellos que sufren
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