Quien insulta, se insulta. Quien desprecia, se
desprecia.
Quien odia, se odia. Quien maldice, se maldice.
Quien critica, se critica.
Quién miente, se miente. Quien acusa, se acusa.
Quien maltrata, se maltrata.
Pues todo aquello que de nosotros sale a nosotros
regresa, a nosotros pertenece y a nosotros afecta.
Todo lo que haces, piensas o dices del resto del
mundo, te define en este momento y a ti vuelve, convirtiéndose en un círculo,
en una rueda que no es fácil de romper, así como en un gran engaño, debido al
hecho de creer que toda esa visión pertenece sólo al exterior.
Si lo que de ti sale es engaño, espera sólo ser
engañado; si lo que de ti nace es simpatía, disponte a recibir simpatía y, si
lo que de ti surge es incomprensión hacia los demás, prepárate para no ser
comprendido.
Porque lo que ves fuera, a tu alrededor, es justo
lo que llevas dentro.
Todo aquello externo a lo que tu mente presta atención,
que enjuicias o valoras, es exactamente lo que existe en tu interior.
Y cuanto más duele ver un defecto o un
comportamiento en los demás, más profunda es la herida, porque reconoces la
tuya propia.
Si quieres conocerte, pon atención a tu entorno, a
todo lo que tu mente observa cada día a
tu alrededor y estarás frente a un
retrato de ti mismo, frente a un dibujo exacto de tu interior. Porque lo que es
fuera, también es dentro.
¿O no son quizás los consejos que se dan a los
demás los que mejor nos sirven a
nosotros mismos, cuando nos encontramos en una situación parecida?
Porque lo que de ti surge está hecho justo para ti,
ahora, en este momento. Y conociendo esto, que la vida es una rueda y que todo
está en nosotros, sólo podemos vislumbrar una solución para romper este círculo, para cambiar el
mundo y para cambiar nuestro destino, que es dirigiéndose al cimiento de la mente,
al lugar de donde emerge y se manifiesta nuestro yo: el pensamiento. Y para
ello es necesario observarlo, estudiarlo y controlarlo. O al menos, encender
una luz de alarma, un dispositivo que nos avise que entra en nuestra mente un
pensamiento que no nos conviene, inadecuado, perjudicial para nosotros. Y en
cuanto seamos avisados, localizarlo, reconocerlo y desecharlo.
Sólo desde el interior, desde dentro, se puede
modificar todo, se puede mejorar el
entorno; sólo el interior dirige el camino, porque todo está en ti, todo
depende de ti y sólo a ti volverá.
José Luis Villar
2 comentarios :
Precioso texto para meditar. Nuestra sociedad vive bolcada al exterior por desgracia.
Muchas, gracias.
Publicar un comentario