(Cuento Sufí)
Dice un viejo cuento sufí que cuando un niño está en
el seno de su madre tiene todo el conocimiento del mundo.
Sabe cuántas estrellas hay en el firmamento, cuántas
gotas hay en el mar y cuántos granos de arena en el desierto. Conoce los
misterios del cielo y las estrellas, y conoce hasta la última letra de la
Torah. No hay misterio sobre la faz de la tierra que desconozca, ni misterio en
el cielo o en el mar que no pueda resolver.
Pero cuando está a punto de nacer, su ángel de la
guarda baja del cielo y colocando un dedo sobre sus labios sella todo su
conocimiento dentro de él, y le susurra una sola palabra...“APRENDE”
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