Este mendigo
es un santo.
Dobri Dobrev,
de 98 años, recorre todos los días 25 kms hasta Sofía, la capital de Bulgaria,
desde su ciudad de origen de Baylovo – viaje que hasta hace poco tiempo
realizaba a pie – donde pasa el día pidiendo limosna en la calle. Utiliza ropa
hecha por él mismo y zapatos de cuero.
Dobri perdió
casi totalmente la audición siendo soldado durante la Segunda Guerra Mundial, y
hoy sobrevive gracias a una pensión de 80 euros al mes – la que, según él, es
más que suficiente.
Sólo
recientemente se descubrió que Dobri ha donado cada centavo que recibió – ¡más
de 40,000 euros! – para la restauración de iglesias y monasterios búlgaros, y
para solventar gastos en orfanatos. No sólo eso: él es el mayor benefactor
individual de la Iglesia Catedral de San Alexander Nevski!
Dobri también
es conocido como “Dyado Dobri” (abuelo Dobri) por el amor y la amabilidad que
comparte con todos a su alrededor.
Algunos lo consideran incluso un Santo…y,
¡¿por qué no?!
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