Sr. Primer Ministro de Gran Bretaña
David Cameron
Reciba un saludo fraterno saludo de Paz y Bien.
Una vez más me dirijo a usted para poder establecer un diálogo y aportar algunas reflexiones,
que permitan alcanzar soluciones al
conflicto sobre la soberanía de las Islas Malvinas, entre los gobiernos de Argentina
y Gran Bretaña, que lleva 180 años sin solución.
El gobierno argentino ha tratado de abrir instancias de
diálogo con el gobierno británico, como diversos gobiernos y organizaciones
sociales.
De nuestra parte, entre otras iniciativas, está la carta firmada en 2012 por 7 Premios
Nobel de la Paz solicitando diálogo entre las dos partes tal como lo solicitan
las Naciones Unidas. Lamentablemente, cuando fui a presentar personalmente la
carta en Londres usted se negó a recibirme, cerrando toda posibilidad de
diálogo al igual que sucede con todas las resoluciones de las Naciones Unidas.
En un intento semejante de pretender ocultar la sombra en la
oscuridad, su gobierno busca mostrar la imagen de un pueblo malvinense separado
del pueblo británico que a su vez rechaza al pueblo argentino. Para esto
convoca en este mes de marzo de 2013 a un referéndum en las islas, cuyo
objetivo es una supuesta consulta para
determinar si sus habitantes desean confirmarse o no como ciudadanos
británicos.
David Cameron: “Usted bien sabe que este referéndum no tiene legitimidad alguna” |
Al día de hoy,
uno de cada tres habitantes es militar británico y sólo votarán 1500 residentes
que ya tienen ciudadanía británica. Los censos indican que de cerca de 2500
residentes en las Islas (sin trabajadores temporarios y militares británicos),
se mantiene constante un 40% de la población proveniente del Reino Unido.
Muestra de esto es que la mitad de la Asamblea Legislativa de la Isla son
británicos nacidos en Inglaterra que ahora se autoidentifican como isleños
defensores de arraigadas tradiciones generacionales.
Usted bien
sabe que este referéndum no tiene legitimidad alguna. No sólo porque se trata
de población británica implantada a partir de la expulsión de las autoridades
argentinas en el Siglo XIX. Sino también porque las Naciones Unidas no
decidieron su realización. No participan en su organización y fiscalización. Ni
tampoco intervendrán en el más mínimo aspecto del mismo porque no están de
acuerdo con sus presupuestos. Por algo el gobierno británico no las ha
convocado. Saben que no tienen el apoyo.
Las Naciones
Unidas reconocen a las Islas Malvinas como un enclave colonial británico en el
Atlántico Sur, y en sus más de 40
resoluciones vienen reclamando a los
gobiernos de Argentina y Gran Bretaña que dialoguen, posición que muchos países
y organismos regionales e internacionales apoyan, menos Gran Bretaña.
Todos sabemos
que el resultado de este referéndum no altera en nada la situación jurídica e
histórica de las Islas Malvinas. Estas seguirán siendo una colonia británica y
los pobladores continuarán siendo británicos.
La Argentina
es un país democrático que busca resolver los conflictos existentes a través
del derecho nacional e internacional que cuenta, además, con reconocidos
avances a nivel mundial en materia de derechos humanos.
Señor David
Cameron, la fuerza no da derecho y menos aún cuando busca justificar la base
militar instalada en las Islas, violando resoluciones y tratados de
desmilitarización y de no proliferación de armas nucleares en el Atlántico
Sur, poniendo en peligro a sus
ciudadanos británicos en las Islas y al continente.
El gobierno
argentino ha reafirmado la necesidad del diálogo entre los Estados en los foros
nacionales, regionales e internacionales, para resolver la soberanía de las
Islas Malvinas, por medios pacíficos y no a través de la violencia,
responsabilidad que le compete a ambos gobiernos. No se trata de volver sobre
caminos transitados de desencuentros e intolerancia.
El pueblo y
gobierno argentino insistirán en el reclamo de la soberanía de las Islas a
través del derecho internacional, histórico y jurídico.
Más que
polemizar sobre los hechos conocidos, se necesita avanzar para construir nuevos
caminos, es un gran desafío que todos debemos asumir derribando los muros de la
intolerancia; el primer paso sería
encontrar caminos de convivencia y lograr un acercamiento, decisión posible si
existe la voluntad política y social de dialogar para alcanzar la resolución del conflicto y
la Paz.
Le reitero el
fraterno saludo de Paz y Bien
Adolfo Pérez
Esquivel
Premio Nobel de la Paz
Premio Nobel de la Paz
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