5 de abril de 2010

Caminando junto a María....

Les propongo caminar estos días de nuestra Pascua de la mano de La Madre, contemplando en estos "encuentros” algunas de las realidades que viven nuestra madres, hermanas, amigas, compañeras en su vivencia diaria; volvernos a este “mundo femenino” tan sacrificado en nuestros barrios, nuestras comunidades, nuestros mundos y para volver hacia el, esos “ojos masculinos” para descubrir La Presencia del Dios Madre y dejarnos abrazar por El – Ella.-

NOVENA A LA MADRE DE JESÚS….
QUE ES TAMBIÉN NUESTRA MADRE !!!!!
- Esperanzas:
Que la oración de estos días nos ayude encontrar un acercamiento a la madre de Jesús; un acercamiento que sea vivido. Que lo podamos sentir como algo que nos está pasando ahora, en estos momentos de nuestra vida. En estas etapas de nuestra vida. En nuestras familias, vecinos; en nuestros barrios, trabajos, escuelas. Con nuestros hijos, marido o mujer, abuelos. En situaciones que podemos vivir todos los días. En las comunidades o grupos que integro; donde hago algo, participo.
- Comprensión:
Que veamos las situaciones por las que pasó María (así vamos a llamarla a la Virgen María, a la Madre de Jesús, a nuestra madre; simplemente: María.) Ejercitando la comprensión aquella acción que es, entender, ponernos en el lugar, darnos cuenta de la situación que vivió María; sentirla desde adentro de ella.
Y al mismo tiempo sentir lo que ella siente y sentir en un modo profundo y personal cómo ella también asume aquellas situaciones que vivimos nosotros.
Entonces nos sentiremos comprendidos, contenidos. No estamos solos; y no solamente por fuera sino sobre todo, solos en nuestra interioridad más profunda. Cuando nos parece que nadie nos entiende, nadie nos mira; no vivimos para nadie, allí está ella La Madre, o simplemente María.
- Compromiso
Este sentirnos comprendidos y acompañados nos lleva a la acción, a la misión, que no es otra cosa que asumir (hacer mía; hacer nuestra la tarea de Jesús) y a la que estamos fuertemente llamados, no en soledad o en nuestro pequeño grupito o familias, sino para alcanzar a todos los seres humanos para hacer juntos, la gran y única familia humana, redimida y adquirida por el gran amor de Cristo en el corazón de La Madre.
Por eso será conveniente que cada etapa o día de la novena termine con un compromiso, una conversión, un cambio que signifique que no todo sigue igual. Que no ha sido solo un rezo más, un pensar diferente por unos días, sino que nos deja algo, una presencia, que estamos habitados, que en nuestro corazón está ella; La Madre.
-Acciones, actividades
Terminamos cada día de nuestra novena haciendo, realizando (que significa hacer real, cierto, que se vea, que se note) lo que hemos decidido en nuestro compromiso.
Que no tiene que ser siempre un algo externo, que se vea, haga ruido. Si no un cambio interno, que no se vea. Cambiar sentimientos, actitudes, entender lo que nos cuesta o no deseamos, etc.
Dar gloria a Dios, glorificar el nombre de María
Honrar a Dios, honrar a María. Dar la mayor gloria de Dios al mundo, decía un santo, es que los hombres sean felices y se salven. Es un Dios para nosotros.
No para Él. Su alegría es nuestra vida. No estamos al servicio de Él, sino que Él está al servicio nuestro. Para que nosotros estemos todos al servicio de todos. Seamos un mundo de hermanos. Y María, la madre de Jesús es exactamente igual.
Por eso Dios la eligió para ser la madre de su Hijo. Por eso es para nosotros, un modelo a seguir por eso nos dirigimos a Ella en esta oración para que interceda y nos muestre el camino al corazón de su Hijo, ella que es nuestra Madre
Día Primero - "María, madre soltera".
Cuenta el evangelio de Mateo 1,18-20:
"…Lo de Jesús, fue así. Su madre, María estaba comprometida con José. Pero antes de que vivieran juntos quedó esperando un hijo por obra del Espíritu Santo.José, su esposo que era justo y no quería denunciarla, decidió abandonarla en secreto..... pero el ángel le dijo: No temas aceptarla a María como tu esposa, pues el hijo que viene es del Espíritu Santo…"
PENSAMOS - MEDITAMOS:
No vivían juntos todavía, pero José iba todas las tardes a tomar unos mates, a hablar y estar con ella, a conocerla, a intimar sus pensamientos sueños y deseos. Y cómo todos los seres que s encuentran y deciden caminar la vida juntos…. José, la quería.
José se dio cuenta que María empezaba a engordar, a crecerle la pancita. Como también se fueron dando cuenta la familia y los vecinos. María no se animaba a decirle nada, no podía hablar del “misterio”, y José tampoco se animaba a preguntarle.
Los dos sabían que entre ellos no había pasado nada. Tenían miedo de preguntar de hablar, de dialogar; ¡vaya uno a saber que había pasado!
Los vecinos y las vecinas enseguida empezaron a comentar. ¡Mira tú tan santita que parecía! ¡Pobre José, tan bueno que es! ¡No se merecía esto! María casi no salía.
Y las pocas veces que lo hacía, veía que la miraban y se ponían a charlar despacito, con esa terrible lengua chismosa de nuestros barrios.
María sufría esta incomprensión de José y de la familia y vecinos.· Se sentía sola y humillada. Despreciada.
Se iba preparando en su interior para afrontar su maternidad así, sola y sin compañero. Y con la frente alta, pese a todo. Con dignidad. Mientras tanto rezaba, esperaba, amaba Esta misma situación es la que viven muchas mujeres y chicas en nuestros barrios. madres solas, madres solteras. Muchas veces abusadas, casi violadas. Engañadas. A veces echadas de sus casas, sin plata ni trabajo, yendo a parar a cualquier lado sin protección, sin seguridad, sin palabras que acaricien su sueño como acariciaron su cuerpo. Porque del árbol caído muchos hacen leña. Muchos aprovechan.
Heridas por "el que dirán" hipócrita de la chusma vecinal o familiar. Y justo en el momento en que más cariño y contención necesita. La apartan como a perro sarnoso. Estos hijos no vienen del Espíritu Santo; vienen de muchachos y de hombres que una vez que comieron y gustaron, se van y ¡si te he visto, no me acuerdo! ¡Ella se lo buscó! ¡Andá a cantarle a Gardel!

ORAMOS:
¡Lo que pasó, pasó! ¡Y lo que viene, que venga! No están solas ! María está con ellas. María que también vivió esta situación. Por eso: ¡nadie mejor que ella para que las cobije, las contenga, las haga fuertes! Y además, con dignidad. No sentirse menos que nadie, ni mal miradas. Que vivan con alegría ese momento. Que se den cuenta que lo más importante no es lo que pasó, sino lo que viene. El hijo, SU HIJO.
Y que el pasado no oscurezca el futuro. Que no fue una desgracia lo ocurrido, sino una presencia de Dios, porque es una presencia de la vida. No sabemos si Dios y María quisieron las situaciones como ocurrieron; pero una vez que ocurrió, ni Dios ni María, miran para otro lado. Se hacen cargo.Y ahora María, así te sentimos más Madre que nunca, acompañando estas madres solas, solteras, mal miradas, mal amadas.
Y que sea así; y que así sea. Amén.

COMPROMISO:
La mujer o la joven que está sola esperando su hijo están en el momento en que más cariño, comprensión, compañía y amor necesitan.
Esta debe ser entonces nuestra reacción en estas situaciones, compañía y comprensión.
· No juzgar, no condenar, no marginar. Todavía más: admirar el valor de encarar y afrontar el futuro de estas madres.· Y también valorar, alentar a tantas madres solas que crían, educan sus hijos, trabajando y en la pobreza. Y que ya no son una o dos, sino muchas y cada vez más.

1 comentario :

Ricardo Guillermo Rosano dijo...

Claudio, hermano, quiera Dios que con María llevemos la alegría y la esperanza del Resucitado a tantos hermanos nuestros crucificados a diario.
Una Feliz Pascua plena en El que Vive.
Un abrazo grande en Cristo y María.
Paz y Bien
Ricardo