11 de marzo de 2010

Un grito silencioso que nadie escucha.....

... nosotros sí, Padre y creemos en ese grito !!!!!

Por primera vez en muchos años, un hermano de Taizé pudo visitar a los cristianos de las Islas de Malta y Gozo.
Nos presenta un breve relato de su viaje:
La identidad cristiana de este pueblo creyente está fuertemente ligada a un acontecimiento que es mencionado en el libro de los Hechos de los Apóstoles (Hechos 28,1-10): Allí, el apóstol Pablo naufragó con el barco que habría debido transportarle como preso hasta Roma.
¡La isla conoce hoy a otros náufragos!
De una cierta manera también son presos. Miles de refugiados del continente sub-sahariano llegan a Malta huyendo la miseria o de los regímenes dictatoriales. Por su situación geográfica, Malta recoge en centros de acogida a todos los que no tienen más fuerza para ir más lejos.
Son muchos los que desean ganar el continente europeo para encontrar trabajo y construirse un futuro. Hacer frente a estas olas de inmigrantes no es fácil para los habitantes de este pequeño país. Durante la actividad del fin de semana que había sido organizada por la pastoral juvenil pudimos escuchar el testimonio conmovedor de tres jóvenes que encontraron refugio en Malta.
Más allá de la ayuda material es indispensable que nuestra acogida de refugiados, en Europa o en otra parte, vaya a la par de gestos de humanidad.

En un centro de acogida fundado por un sacerdote franciscano, ya muy entrado en edad, fuimos testigos de una escena muy sentida.

Cada tarde va en los dormitorios comunes de los jóvenes para desearles las buenas noches. Poniendo su mano sobre la mesa, los invita a que todos pongan sus manos sobre la suya.

Todo concluye con "el grito": ¡Somos una familia!
Incorporándose, el sacerdote nos dijo con una mirada bondadosa:

« ¡Es un grito silencioso que nadie escucha! »

En Malta y en Gozo, vimos a cristianos que se comprometen a fondo y que encuentran gestos de cercanía con quienes les rodean.

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