Viernes, 26 de Junio de 2009 21:50
Será inútil pedirle a Don Daniel más datos sobre su persona. Ni él, ni nadie podrá responder. Él es “Don Daniel” a secas y nada más. Tendrá, sin duda, un apellido, pero ni él mismo lo sabe. Nuestro personaje es, en realidad, un mendigo muy original, fuera de serie: yo diría que es “un señor mendigo”, un verdadero “caballero” dentro de ese mundo, tan despreciado, de la mendicidad.
Suele llegar con mucha frecuencia a mi casa por la noche, bastante tarde, pidiendo algo de comer. Camina acompañado por dos famélicos perros
- “ Don Daniel, le pregunto, ¿esos perros son suyos…?”
- “No, no son míos, me responde. No sé de quien serán, pero siempre me siguen. Son muy buenos.” - “Es que usted los trata con mucho cariño.”
- “Sí. Siempre trato de darles algo de lo que me dan de limosna”.
Llevado de mi curiosidad le pregunté abiertamente: - “Y usted, Don Daniel ¿dónde se va a alojar esta noche…”?
- “Debajo del puente, como siempre”, me responde con sinceridad.
- “No, le replico. Hace mucho frío. ¿ Por qué no va al Hogar de los Franciscanos. Cuesta solo dos pesos para pasar la noche. Yo se lo pago.
- “Ahí no dejan entrar a los perros!!!!!.
- “Pero los perros no necesitan un alojamiento para pasar la noche…”
- Sí, me responde, pero los perros también sufren, sobre todo si no se les da cariño.”
- “Bueno, ya veo, Don Daniel, que tiene Ud. buen corazón. Así que Ud. se va a pasar la noche debajo del puente y en compañía de todos esos jóvenes que tienen muy mala fama. Se comenta que los que pasan la noche debajo del puente roban, se drogan …
- “No, me responde con energía Don Daniel. Conmigo son muy buenos. A veces tienen que robar y tomar “clefa” porque sufren hambre y tienen mucho frío…”
- ¿Y Ud. no roba ni aspira “clefa”…?, le pregunto abiertamente.
- No, yo no robo. Es que a mí la gente me da limosna pero a ellos no les dan nada”.
- ¿ Y la “clefa”…? - Don Daniel se sonríe mientras me dice :
- “Yo duermo muy bien sin ”clefa”. Algunas noches muy frías se me acercan los chicos para dormir a mi lado dándome un poco de calor.
Padresito, el otro día me dijeron los presos que el P.Amado había muerto y que era un santo…? ¿Es verdad:::?
- Sí, le respondo. E P. Amado muríó hace dos meses y yo también creo que era un santo.”
- “Entonces yo le puedo rezar a él para que me ayude…?
- “Sí, claro, le puedes rezar. El P. Amado que era muy bueno y quería mucho a los presos, a los mendigos y a todos lo que viven debajo de los puentes…. Pero, según lo que me cuentas quiere decir que también tú has estado preso alguna vez…?
- Sí, padresito. A veces viene la policía y, sin decir nada, nos lleva presos a todos. Después, a mí me sueltan pero a los chicos los tratan muy feo y a mí me da mucha pena….”
- “Don Daniel, le voy a hacer una pregunta ¿le contaron a Ud. alguna vez la historia del “Pobre Lázaro”, aquel mendigo que pasaba mucha hambre y que el rico Epulón no le daba ni las migajas que caían de la mesa....y que los perros le mostraban su cariño lamiéndole las heridas…?
Tengo la impresión que Ud. se parece mucho a ese pobre Lázaro del Evangelio.
Yo creo que también él dormía debajo de algún puente, acompañado por algunos perros que, seguramente, no eran de él.”
Picado en su curiosidad, Don Daniel me preguntó:- ¿Y qué pasó después con ese pobre mendigo…?
- “Dicen que se murió él y que también se murió el rico.
Al Pobre Lázaro el Señor lo llevó a su gloria pero al Rico avariento y egoísta no. …”
- “Y los perros…? me preguntó Don Daniel con cierta malicia…
- “ Los perros buenos, como los tuyos, tienen también un cielo aparte”.
- Don Daniel, le dije como despedida, ya que Ud. no quiere ir al alojamiento porque no dejan entrar a los perros y esta noche hace mucho frío, le voy a regalar una frazada un poco usada. Creo que le vendrá muy bien,…”
- “Gracias, Padrecito. Es Ud. muy bueno…”
En ese momento se me vino a la mente una idea muy lógica pero que no me atreví a expresarla sabiendo que Don Daniel no la iba a aceptar. Lo que yo quería decirle a era lo siguiente: - “Don Daniel, Ud. es mucho mejor que yo….”
Don Daniel se fue caminando hacia el frío del invierno y hacia la oscuridad de la noche mientras yo me dirigía hacia mi confortable habitación.!!!!!
Don Daniel, pienso yo, tiene algún parecido con Francisco de Asís: ve a los perros como si fueran sus hermanos, con derecho a un alojamiento, sabe disculpar los excesos de los “inadaptados sociales” alojados debajo del puente porque , según él, ellos tienen pleno derecho a matar su hambre y a protegerse contra el frío, sabe compartir lo poco que tiene con aquellos que tienen menos que él, se preocupa y trata de defenderlos cuando la policía los apresa….
Don Daniel no guarda resentimiento contra nadie, ni siquiera contra esta sociedad que ha sido tan injusta y despiadada con él. Se siente feliz y quiere , de algún modo, comunicar esa felicidad a los desvalidos que no encuentran otro sitio mejor para dormir que debajo de un puente…..
Ya acostado, antes de cerrar los ojos, sentí que un pensamiento me golpeaba con insistencia y no me dejaba conciliar sueño:
“Los pobres nos evangelizan… Don Daniel te evangeliza a ti” !!!!!!”
* P. Gregorio Iriarte, es sacerdote, pertenece a los Padres Oblatos de María Inmaculada OMI
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