Desde Munaysonqo, nos adherimos fraternalmente a esta carta abierta y rogamos al Padre de la Misericordia, para que nos regale misericordia, nos de comprensión y tolerancia y que a las entrañas de nuestra amadísima Madre, esta Iglesia nazca y cresca el don de la unidad.
Carta abierta al Obispo de Neuquén
Querido Padre y Pastor Marcelo Melani
Ante comentarios sobre el pedido de su renuncia, motivado por presuntas denuncias sobre cuestiones teológicas, litúrgicas y pastorales en nuestra Diócesis y que lo involucran a usted como obispo y a todos como Iglesia Particular; diáconos, religiosas, agentes de pastoral y sacerdotes reunidos en Zapala, queremos expresar:
En este tiempo de preparación a los 50 años de nuestra Diócesis y en comunión con toda la Iglesia, queremos agradecer públicamente a Dios por los Obispos Don Jaime, Don Agustín, y por Usted, Don Marcelo; que nos han acompañado en la vida, las luchas y el camino como Iglesia local.
Particularmente queremos agradecer su acompañamiento como Pastor, que nos ha dado libertad y confianza para ir creciendo en el servicio a nuestra Iglesia de Neuquén.
La Iglesia somos todas y todos aquellos y aquellas que profesamos la fe en Cristo Resucitado y nos sentimos pertenecientes a la Iglesia Católica, Apostólica y Romana.
Formada por hombres y mujeres que cometemos errores y somos diferentes en nuestros modos de expresar la fe. Y justamente la diversidad es la que hace la riqueza en nuestra unidad.
Pedimos a Dios, e invitamos a pedir, que sepamos respetar las diferencias, verlas como riqueza y hacer uso de la corrección fraterna ( evangélica) cuando creemos necesario.
Deseamos que todos y todas conozcan nuestra búsqueda de la verdad, de la fraternidad y de la unidad de la Iglesia diocesana.
Queremos manifestarle nuestro sincero e incondicional apoyo, que expresamos con nuestras oraciones y acompañamiento en este momento.
Además, queremos pedirle disculpas a Ud. y a todos y todas nuestros hermanos si como pastores, sacerdotes, religiosos/as o agentes de pastoral, hemos hecho sufrir a alguien con nuestras actitudes.
Un saludo fraterno, unidos en Cristo Jesús, nuestro hermano.Zapala, 27 de abril de 2009
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