7 de diciembre de 2008

ADVIENTO 1


espera con hambre de un redentor

¿Qué es el adviento?

La palabra adviento proviene del latín adventus, que significa: llegada.

Adviento es el tiempo litúrgico de la Iglesia con una doble finalidad:

a) Preparación a la segunda venida del Señor, revelando su verdadera identidad: Hijo de Dios.

b) Preparación a la navidad que, junto con la epifanía, celebra la encarnación y manifestación del Señor en la historia humana, haciéndola historia de salvación.

La Iglesia, al celebrar el adviento unido a la navidad, es consciente de cumplir a la vez la espera del antiguo Israel en la expectativa mesiánica y su propia espera de la consumación de la filiación divina comunicada por Cristo en su venida histórica (Rm 8,19; 1 Jn 3,2).

Con el adviento se inicia el año litúrgico.

¿Cuándo comienza y concluye el adviento?

El adviento comienza con las primeras vísperas (oración del atardecer) del domingo 30 de noviembre o el más próximo a ese día.

Concluye antes de las primeras vísperas de navidad.

Se celebra con cuatro domingos.

¿Cuántas partes tiene la liturgia del adviento?

Tiene dos partes, en las que se presenta como el tiempo de la esperanza gozosa ante el Señor Jesús que llega.

La primera parte de la liturgia del adviento alcanza hasta el 16 de diciembre. Sus miras están puestas en la segunda venida del Señor al final de los tiempos (la parusía). Es el adviento escatológico.

La segunda parte, a partir del día 17 de diciembre hasta el 24, tiene como finalidad prepararnos para la primera venida del Señor Jesús (la navidad). Es el adviento natalicio.

¿Quiénes son los personajes más destacables en la liturgia del adviento?

En este tiempo litúrgico destacan de modo característico tres figuras bíblicas:

· El profeta Isaías

· Juan Bautista, el precursor

· La santísima Virgen María

¿Cuál es el gran grito del adviento?

Mira, envío mi mensajero delante de ti, el que ha de preparar tu camino. Voz del que clama en el desierto. Preparen el camino del Señor, enderecen sus sendas (Mt 1, 2-3). Así gritaba Juan el Bautista.

Este es el gran grito de adviento: preparen el camino a nuestro Dios, que viene a nosotros.

Si alguien está en tinieblas y en sombras de muerte como hijo pródigo, si alguien perdió la amistad con Dios, si alguien se salió del camino de la salvación, ahora es el tiempo de volver a Dios, preparando un lugar bien dispuesto y ordenado dentro de sí.

Es el tiempo de dejar a Dios entrar y habitar en nuestros corazones y mentes.

Es el tiempo para escuchar su voz; orar y vivir en verdad y justicia.

Es el tiempo de dar hospitalidad a Dios que ha de guiar y salvar nuestra vida

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